Finanzas sustentables soportadas por plataformas tecnológicas

Man using online banking with credit card on touch screen device. Mobile banking. Digital and internet payments shopping on network connection. Bank login on a laptop screen. All on screen and credit card are design up.

Las expectativas de los consumidores con respecto a los productos que adquieren han cambiado sustancialmente en los últimos años

Introduciendo nuevos parámetros que antes no eran considerados, y que da más prioridad al “cómo” que al “qué”. Por ejemplo, en la compra de unos tomates, los consumidores buscan que hayan sido cultivados de forma orgánica. Cuando se compra un trozo de carne, también se exige que los animales no hayan sido alimentados con hormonas ni hayan crecido en habitáculos estrechos donde apenas pueden moverse. Las características que evalúan los consumidores a la hora de elegir un producto van más allá de aquellas meramente funcionales, interesándose activamente también por el proceso y sus repercusiones medioambientales, sociales y éticas. Este cambio de prioridades a la hora de elegir productos o servicios, y que no excluye ninguna industria, ha sido carburado inducido por las nuevas generaciones, Millenials y Z, con su creciente preocupación por el bienestar social y medioambiental, desbancando otros aspectos, lideres antaño , como el meramente económico. Los consumidores de hoy priorizan los modelos más sostenibles con el medio ambiente y la interacción digital. La industria financiera no es ajena a este movimiento. La desde transición una búsqueda de productos o servicios que simplemente cumplan necesidades de financiación, hacia la aplicación de criterios de evaluación que incluyan factores éticos, ambientales, sostenibles y de gobernanza es una realidad que afecta tanto a la banca de inversión como a la de consumo.

Incluso si esto supone un coste mayor para el consumidor, hoy, está dispuesto a pagarlo. La presión por incluir estos factores dentro de la idiosincrasia de las entidades financieras no solo viene del consumidor, los gobiernos también están promoviendo medidas en este sentido en forma de regulaciones que refuerzan el cumplimiento de objetivos de sostenibilidad. La realidad, como se ha demostrado en los últimos años en América Latina, es que implantar modelos sostenibles ayuda a afrontar de forma más sólida los cambios regulatorios, las exigencias del consumidor y a ser más eficientes y rentables.

Cómo emplear la tecnología

En este camino Romper el paradigma de que el camino hacia unas finanzas sostenibles está ligado con un aumento de costes es relativamente sencillo. Por ejemplo, la mejora en procesos logísticos disminuye las emisiones de CO² de los vehículos al mismo tiempo que mejora los costes operativos y aumenta la satisfacción del cliente. Modelos sostenibles no son más caros si se realizan de forma adecuada y con la tecnología correcta.

Ética Crediticia En un mundo cada vez más digitalizado, la Inteligencia Artificial (IA) se posiciona con un papel predominante en la toma de decisiones, permitiendo automatizar procesos, reducir costes y facilitar la vida de los consumidores con respuestas inmediatas y personalizadas. Si bien es cierto que el uso de IA aporta muchas ventajas, también es cierto que el uso incorrecto de los datos utilizados para el entrenamiento de estos modelos puede resultar en acciones sesgadas y de dudosa ética. En modelos crediticios entrenados con datos donde la mujer está infra-representada con respecto al hombre, por ejemplo, resultará en un mayor, e injusto, índice de rechazo hacia las mujeres. Esto aplica para todo tipo de segmentos de la población.

En un escenario donde las entidades financieras generan cada vez más modelos de IA para la toma automatizada de decisiones, se vuelve imperativo contar con los elementos tecnológicos necesarios que: Analizar los datos de entrenamiento para asegurar que no existe sesgo Monitorear los resultados de los modelos en el mundo real para asegurar que no existe sesgo. Inclusión Financiera Quizás uno de los puntos más importantes dentro del desarrollo ético y sostenible en América Latina, por el alto grado de no bancarización, es la inclusión financiera. La bancarización de la población es elemento fundamental para el desarrollo de comunidades y países, permitiendo el acceso a un crédito justo. Aprovechar la información alternativa que nuestro mundo digitalizado ofrece, resultante clave para facilitar crédito a segmentos que, por su condición de no bancarizados, quedan fuera de los criterios establecidos bajo una evaluación basada en su credito histórico.

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