Hacia donde va la banca chilena y sus aplicaciones seguras

No es un secreto que las aguas están movidas, desde la matriz que norma todo, el Banco Central, hasta la banca tradicional

Que ha vivido transformaciones de negocio y tecnológicas importantes, las renovadas hojas de rutas enfocadas en la digitalización de procesos a principio de la pandemia están causando cambios profundos. Por ejemplo, de acuerdo a las últimas cifras de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), a julio 2021 se redujo en un 11,7% el número de oficinas respecto a 2019, es decir, bajaron la cortina 237 espacios físicos de la industria. Asimismo, se han perdido 3.513 puestos de trabajo respecto a 2019. Sin embargo, pese al escenario complejo y lleno de incertidumbre, como toda época de crisis, las oportunidades también afloran. Hoy, los bancos y líderes del sector están transformando sus portafolios de servicios, soluciones y productos para que sean ágiles, simples y rápidos.

Omnicanalidad: la atención híbrida Si hay algo claro, es que la atención física nunca va a desaparecer. Existe y existirá siempre una masa crítica de usuarios que seguirá asistiendo al banco para hacer trámites. Si bien, dadas las circunstancias, hay un foco en el usuario que demanda servicios financieros digitales, lo físico nunca pasará de moda. Sí, lo digital permite agilizar lo simple, lo tedioso.

El gran desadio de la seguridad digital: Si la tecnología era un fin, hoy es un medio. Para agilizar los modelos de negocio no solo se necesita de tecnología, sino de aliados estratégicos que conecten con las necesidades y las comprendan. Ellos permiten robustecer cada servicio, mientras gestionan integral y consultivamente cada necesidad. El futuro de la banca no tiene certeza, pero sí herramientas y capacidades digitales que permitirán seguir evolucionando el sector. Y en Chile no será la excepción.

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