La Fed y el BCE preparan las últimas subas de tasas del 2022

Los bancos centrales de las principales economías occidentales van a dar esta semana el último acelerón al alza de tipos con el que han marcado a fuego la economía y los mercados financieros en este 2022.

La Reserva Federal (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) subirán tipos el miércoles y jueves de la semana que viene en la última reunión de 2022. No hay dudas sobre esto pero sí sobre la cuantía del movimiento después de unos datos macroeconómicos mixtos que siguen justificando subidas de tipos pero a la vez alertan de una sombra creciente de recesión.

En la recta final del año, la inflación queda lejos de estar controlada aunque empieza a dar las primeras señales de que habría tocado techo. El mercado espera por tanto que la Fed, el BCE y el Banco de Inglaterra rebajen la intensidad de sus últimas subas de tasas aunque sin renunciar a nuevas alzas en 2023 que serán más suaves, ajustes de un cuarto de punto con los que mantener a raya los precios.

Si bien la Fed parece haber dado indicaciones de una subida de 50 puntos básicos, menor a los 75 puntos básicos de las últimas cuatro reuniones, el BCE tiene sobre la mesa el mismo dilema pero con unas lecturas de inflación peores (más del 10% frente al 7% americano) y un nivel de tasas en la zona euro inferior (2%) al de su par en EEUU (4%). Jerome Powell advirtió hace unos días que es hora de moderar los aumentos de tasas pero recordó que ahora la Fed se plantea elevar tipos más y más tiempo, lo que indica que el nivel del 5% puede estar a la vuelta de la esquina en 2023.

La previsión es que el BCE los sitúe en el 2,5% –tras dos alzas consecutivas de 75 puntos básicos– y que el Banco de Inglaterra también afloje ligeramente el paso con una subida de medio punto, después de decidir en noviembre un aumento de 75 puntos básicos, el mayor en 33 años.

Todos los ojos puestos en la Fed

La Fed, el banco central más poderoso del mundo, será el centro de atención. El consenso de mercado espera que Jerome Powell apunte tras su reunión del miércoles a un nivel máximo de tasas en el rango entre el 4,75% y el 5% en 2023, lo que implica otras dos subidas el próximo año, ya en una cuantía de cuarto de punto.

La cuestión, según señala Hans-Jörg Naumer, director de mercados globales de Allianz Global Investors, “no es tanto si serán 75 o 50 puntos básicos, sino cuántas subidas de tasas más habrá y durante cuánto tiempo se mantendrá un elevado nivel de tasas oficiales”.

El mantra de Powell seguirá siendo combatir la inflación y sus recientes discursos apuntan a una moderación de las alzas de tasas pero también a un precio del dinero más elevado durante más tiempo. “La Fed tiene la difícil tarea de llevar la economía hacia una desaceleración, entre otras cosas, para reforzar su credibilidad en la lucha contra la inflación”, añade Naumer.

La Fed ya habrá drenado cerca de medio billón de dólares al cierre de 2022 mientras que el BCE ha comenzado también su proceso con los grandes reembolsos de crédito de los TLTROs (-300.000 millones) y prepara para la semana que viene una discusión seria en su consejo sobre el temido ajuste de balance.

Hay expertos que calculan pérdidas de más de 100.000 millones de dólares para el balance de la Fed que tendrán que ser transferidos desde el Tesoro, el brazo fiscal del Gobierno de EEUU.

En el caso de Suiza, solo en los nueve primeros meses de 2022, su banco central ha perdido 142.000 millones de francos suizos, mientras que el de Australia acumula 36.700 millones, según datos recopilados por Politico.eu.

En el caso del BCE, que lleva dos años sosteniendo a los gobiernos europeos con sus compras masivas de deuda pública (caso de España e Italia sobre todo), las pérdidas del eurosistema de bancos centrales pueden dispararse hasta los 600.000 millones solamente por el efecto del ciclo al alza de tasas.

“En retrospectiva, está claro que los programas masivos de compra de bonos de los bancos centrales fueron un error colosal. Pero incluso en ese momento, algunos advirtieron que conllevaban graves riesgos fiscales, que ahora se están materializando a medida que aumentan las tasas de interés”, explica en un artículo reciente Daniel Gross, miembro del ‘think tank’ Centro de Estudios Políticos Europeos (CEPS) y ex vocal de la Junta Europea de Riesgo Sistémico (ESRB). Este experto calcula que los bancos centrales poseen ahora 4,2 billones de euros en bonos soberanos con un rendimiento promedio cercano a cero después de años con tipos negativos.

Si la tasa de depósito aumenta al 3% esperado, también lo hará el coste anual de mantener bonos. “Dado que el rendimiento promedio de los bonos es de aproximadamente 0,5%, se espera una pérdida anual de 2,5%. Multiplique eso por seis años, el vencimiento promedio ponderado de los bonos en poder del Eurosistema, y obtendrá una pérdida acumulada del 15% del total en circulación, o alrededor de 600.000 millones. Ese es casi el tamaño del programa NextGenerationEU de 750.000 millones de euros, el paquete de estímulo más grande jamás financiado en Europa”, alerta Gross.

El BCE actualizará en su reunión del jueves sus previsiones de crecimiento e inflación y se espera que confirme un escenario de recesión técnica en la zona euro para 2023.

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