La meta hacia 2030 del Reino Unido es ambiciosa: quiere convertirse en una superpotencia científica y tecnológica, a través de alianzas estratégicas y acciones a nivel regulatorio, diplomático y político.
Hoy el Departamento para la Ciencia, Innovación y Tecnología actualizó su Estrategia de Tecnología Internacional –publicada originalmente en junio de 2022–, la cual traza seis ejes de acción para impulsar el potencial del país durante los próximos seis años:
En primer lugar, el gobierno británico planea priorizar la tecnología y los datos, de manera que sean una ventaja para que el Reino Unido se posicione como un líder en el desarrollo.
Promover alianzas globales para enfrentar los desafíos que afectan a todo el mundo.
Gobernanza y regulación basadas en los principios y la visión de “un futuro orden tecnológico”.
Invertir en tecnología y capacidades para reducir la brecha tecnológica y ayudar a los socios a tomar decisiones informadas.
Usar la tecnología para impulsar la economía del Reino Unido, las exportaciones y el crecimiento de empresas de tecnología con atracción de capital e inversiones extranjeras.
Proteger la seguridad, garantizando que la tecnología crítica no caiga “en manos hostiles” y que el país conserve sus capacidades esenciales.
Además, la estrategia del Reino Unido contempla cinco tecnologías clave que se deberán reforzar para alcanzar un mayor liderazgo digital: la Inteligencia Artificial (IA), los semiconductores, las tecnologías cuánticas, la ingeniería biológica y las telecomunicaciones.
La IA, de acuerdo con la visión británica, presenta importantes oportunidades para diferentes áreas, desde las aplicaciones de navegación hasta los casos de uso particulares en las diferentes industrias. Pero su adopción debe considerar también las aplicaciones éticas, de gobernanza y regulación.
“Nuestra ambición es sobrealimentar nuestra fortaleza doméstica y liderazgo global en el futuro de la IA, tomando un enfoque proactivo sobre la seguridad y los riesgos (…). El enfoque del Reino Unido será usar las características centrales de la IA para guiar un marco regulatorio emergente”, señala el documento.
En el mercado de los semiconductores, el plan destaca que se trata de activos críticos para el funcionamiento de la economía moderna, ya que son usados en una variedad de dispositivos electrónicos y son vitales, además, para el desarrollo de la siguiente generación tecnológica de la que forman parte la IA, 6G y la tecnología cuántica.
Reino Unido proyecta, en ese sentido, respaldar el crecimiento de la industria de semiconductores nacional y colaborar a nivel internacional; crear estándares de ciberseguridad para los chips; así como promover un acercamiento coordinado para proteger sectores críticos como la salud y la defensa.
Para el sector de las telecomunicaciones, el gobierno plantea apoyar la adopción de soluciones abiertas e interoperables como Open RAN, para asegurar que el futuro de la industria “sea abierto y competitivo”. También apunta a promover el diseño de estándares técnicos para 6G y futuras tecnologías.
Otra de las prioridades en este ámbito es la eficiencia energética. La estrategia del gobierno advierte que el despliegue de infraestructura debe seguir este principio, con miras a eliminar totalmente las emisiones de gases de efecto invernadero.
Sobre la ciberseguridad, el documento expone que “presionaremos por la seguridad por diseño en el desarrollo de estas tecnologías, incluso a través de nuestros programas de I+D, y garantizaremos que la seguridad de nuestra infraestructura nacional crítica sea resiliente”.
Reino Unido da a conocer su estrategia tecnológica para ser una superpotencia en medio de las tensiones geopolíticas alrededor de la economía digital. Ya fuera de la Unión Europea, ahora el país busca establecer sus ventajas competitivas como un mercado aparte y, al mismo tiempo, reforzar alianzas con Estados Unidos y Bruselas pero, al parecer, alejándose de China.