China está viviendo su peor brote de Covid-19 desde hace dos años con más de 5 mil casos de coronavirus locales en todo el país este fin de semana, según la Comisión Nacional de Salud (NHC, por sus siglas en inglés).
Debido al aumento de contagios, las autoridades chinas han ordenado el confinamiento de una semana en las principales ciudades chinas. La orden ha suspendido las operaciones de las fábricas consideradas no esenciales, paralizado el transporte público e instado a las personas a regresar al teletrabajo.
Entre las ciudades bloqueadas se incluye Shenzhen, una ciudad con más de 17 millones de habitantes que es considerada el Silicon Valley de China por ser el principal centro tecnológico del país que alberga a gigantes nacionales como Tencent y Huawei.
Shenzhen también es el hogar de fabricantes clave de productos electrónicos como Foxconn, la empresa taiwanesa que ensambla los iPhone de Apple. En un comunicado citado por el South China Morning Post, Foxconn especifica que realizó ajustes en su línea de producción para minimizar cualquier impacto y también pedirá a todos sus empleados que se sometan a pruebas de PCR.
El bloqueo en Shenzhen amenaza con ser otro bache que desestabilice las cadenas de suministro globales, especialmente en la fabricación de semiconductores. “Más de 30 empresas taiwanesas, que fabrican de todo, desde tableros de circuitos hasta módulos de pantalla táctil, pararon su producción hasta el 20 de marzo, en espera de novedades por parte de las autoridades locales”, según informó el Financial Times.
Foxconn cuenta con dos grandes plantas de producción de iPhones en Shenzhen y cerca de 200 mil trabajadores. Unimicron Technology es otro fabricante de chips que también suministra a Apple e Intel, el cual tuvo que suspender sus operaciones en la ciudad.
A diferencia de otros países que ya están considerando convivir con el virus, China ha decidido optar por una estrategia de cierres totales. Los expertos consideran que la “situación en China se ha deteriorado” afectando directamente a la economía del país.
“Creemos que el objetivo de crecimiento del PIB de China de 5.5 por ciento que se fijó para este año se está volviendo cada vez más poco realista”, dijo Ting Lu, economista jefe en Nomura.